Juguemos en el bosque mientras el lobo no esta.- {Leah}

León llevaba media tarder vagando por los alrededores del colegio, y ya empezaba atarcedecer, pero poco le importaba. El rubío camino por el linde del bosque adentrandose apenas.

Junto un par de ramitas dejandolas en el suelo, formando una pequeña fogata. Con los dedos crea el fuego con una sonrisa de suficiencia.

Era de noche cuando abrió sus ojos. Se reincorporó y se sentó en la pequeña piedra en donde, hace minutos atrás, se encontraba acostada. Se había dormido un tiempo...una largo tiempo.

Observó el cielo, comprobando que, al ver brillar las estrellas, debían de ser las... ¿21? Puff, había pasado 4 horas durmiendo.

Se puso de pie, limpiando su pequeño vestido blanco y caminó entre los árboles. Una pista: Leah jamás había sido buena en un bosque de noche.

A León le facinaba el fuego, y crearlo en cualquier momento era lo mejor que le podia pasar. Rebusca en los bolsillos de la chaqueta de cuero que lleva puesta en busca de su caja de cigarrillos y encende uno.

El rubío se sienta en las raices de un árbol, apoyando la espalda en el tronco, cerrando los ojos, fumando apasible.

Estaba perdida, debía admitirlo. Usaría un hechizo, si supiera cuál usar. Los nervios le agarraban de repente y se ponía en blanco toda su mente, y no existía concentración alguna en ella.

Se dignó a caminar a oscuras hasta que vió, o le pareció ver, llamas entre unos arbustos. ¿Se tendría que acercar o era mejor quedarse allí? ¿Y si el bosque estaba por prenderse fuego? Su mente era uno de los peores contrincantes, como bien Lyam había dicho.

Decidida, se acercó despacio, respirando profundamente.
Apoyó todo su cuerpo contra un árbol, algo relajada, al ver a León Courtney, uno de sus alumnos, allí. Y al ver que el fuego provenía de una fogata.

Se limitó a observar todo de allí, sacudiendo su pequeño vestido nuevamente.

León tiene un sexto sentido, por llamarlo de alguna manera, por mas concentrado que pareciera sabia todo lo que pasaba a su alrededor, escuchaba todo. Bueno, eso cuando no estaba tomado o fumado.

El rubio abre los ojos lentamente, para enfocarlo en el bosque. Segundos antes juraria que estaba solo, pero no. Ahora habia otra persona alli, y ahi fijo su mirada para encontrarse con su directora.

Observó al rubio unos segundos, percatándose que León ahora la observaba. Como pasaba siempre, se sonrojó de improviso; y agradeció que fuese de noche para que su alumno no la viese.

Se acercó al fuego y se sentó sobre un tronco que ella misma atrajo en un abrir y cerrar de ojos.

-¿Molesto?.-preguntó educada, mirando nuevamente al rubio.

El rubío se recompone en segundos de la sorpresa de encontrarse con su directora alli. Niega rapidamente con la cabeza.

-Para nada- asegura, con una sonrisa de lado, caracteristica de el.

Le devuelve la sonrisa, cual niña. Esperaba no se sintiera nervioso por estar con ella, por ser la directora. Siempre había dicho a sus alumnos que era una chica más. Ella estaba en su perfectos 26 y no era mucha la diferencia entre ella y su alumnado...Aunque sí pedía respeto en ciertas ocasiones.

Se sienta sobre el tronco, y extiende ambas manos sobre el fuego, calentándose las manos. Tenía frío ahora que lo notaba, y aquella única prenda que traía no la ayudaba mucho.

Se dejó calentar algo por las llamas del fuego que tenía delante, pensativa.

León la observa por unos segundos antes de volver la mirada al fuego y darle una calada al cigarrillo que tenia entre dedos.

-¿Que hacia por aca?- pregunta, el rubío es demasiado, muy, curioso en ocaciones y pocas veces le importa expresar su curiosidad. Ladea el rostro, para observarla.-¿Frio?- pregunta, ahora notando que la ropa que ella llevaba era poco abrigada, a decir verdad, no abrigaba nada.

Vuelve el rostro a León, antes de hacer una mueca al responder "Me perdí".

Suspira pesado mientras vuelve su mirada al fuego. Había sido un día muy malo, quizás el peor de lo que iba del mes. Se abraza a si misma antes de volver a abrir sus manos y querer calentarlas delante del fuego.

-Sí, hace frío.-responde sin mirarlo, perdida en las llamas del fuego.- Tuve....una mala tarde y caminé hacia aquí. Me recosté sobre una gran piedra para intentar perderme en mis pensamientos...Y cuando desperté hace un rato, noté que estaba oscuro y hacía frío.-explica en un resumen de su vida del dia. -¿Y tú que hacías aquí?.-pregunta volviendo la atención a León. Era un joven muy interesante, si le preguntaban.

León asiente ante la respuesta de ella, y se apresura a sacarse la chaqueta y colocarla sobre sus hombros. Era un caballero, solo Zio sacaba lo peor de el en estado de sobriedad.

-Simplemente sali a tomar aire- responde con aire despreocupado -No puedo estar demasiado tiempo encerrado- No, el rubío es un hiperactivo de primera, no puede estar en su habitacion mucho tiempo sin la nesesidad de salir y hacer algo.

-Lo sé.-responde y luego calla.-Gracias.-responde inmediatamente, esperando desviar su atención de su respuesta. Se encoge dentro de aquella chaqueta, queriendo hacerse más diminuta para quedar mejor. -¿tú no tienes frío?.-pregunta. Era una carga, y lo sabía.

-De nada- dice rapidamente, sonriendo levemente. León se acomoda la remera que llevaba puesta y luego niega -No, para nada, estoy perfecto- asegura, sonriendo despreocupado. Es tan distraido como curioso.

-¿Siempre vienes aquí por las noches?.-pregunta curiosa. Era demasiado curiosa, algo que le jugaba en contra y a favor dependiendo de la situación.

Mira al rubio con una pequeña sonrisa, ya más caliente.

-A veces- responde medio pensativo -A veces la laguna, depende como este la noche- dice, comodo, despreocupado. Casi olvida que esta junto a su directora.

Él era tanto como ella. Leah se paseaba fuera de la academia, o en las terrazas en cuanto tenía su tiempo. No podía estar encerrada, no era algo propio de ella. PRefería salir a donde fuese, pero jamás estar en un mismo lugar bajo techo.

-....so like me...-dice en voz alta, sin quererlo. Sus pensamientos siempre eran en inglés. Jamas pregunten porqué. Volvió a sonrojarse, miranod nuevamente las llamas del fuego.

León se sorprende, cuando la oye hablar en ingles, sabe que lo hizo sin darse cuenta. El rubío sonrie con diversion.
-¿No te gusta el encierro?- pregunta, aunque sabe la respuesta, esta colgado examinando el rostro de ella.

-No.-responde enseguida. No necesitaba pensarlo.-Soy un alma libre. Quizás muchos nacieron para parase el día entero en una habitación, pero yo no. Necesito sentir el aire puro y recordar quien soy. Sin jaquecas debido a la cerveza, y sin gente que me lo recuerde día a día... Necesito descubrirlo por mí misma.-murmura esbozando una sonrisa amplia, provocativa en cualquier modo que se la mirase.

León sacude apenas la cabeza al notar que se habia quedado observandola tal idiota. No, eso no estaba bien, debia controlarse.
-Un alma libre...- repite el muchacho las palabras de ella, deja caer el cigarrillo que habia terminado de consumirse por si solo. Sonrie, de un momento a otro encuentra a su directora de manera facinante.

-El cigarrillo es malo, León.-dice cantando lo que dice, con su voz de ángel. ¡Ego? No, para nada; su voz era un don que tenía y que, como decía Lyam, debía dejarlo salir. Aunque claro, Leah jamás había siquiera hecho un intento por cantar algo.

Deja que aquel detalle pasase por alto, al igual que el hecho de que él la mirara. Ella no se da cuenta.

-Lo se- dice el automaticamente. Es que la veces que oyo eso, ya lo tiene asumido, pero el simple echo de dejarlo se le hace una mision imposible 1, 2 y 3 todas juntas.
El rubio nota que debe parecer el mas idiota del mundo asi que desvia la mirada hacia la fogata.

-Se que es difícil, Lyam pasa por lo mismo.-dice haciendo una leve mueca, notoria de acá a la China.- Pero puedo ayudarte en lo que sea.-esboza una nueva sonrisa sincera, desviando la vista hacia León al terminar de hablar.

El rubio vuelve la vista hacia ella casi por inercia, curioso -¿Como me ayudarias?- No tiene idea en que puede ayudarlo. Es un vicioso, y eso es algo de el y nadie mas, o eso cree.

Se queda pensando....Tenía varias ideas, pero Lyam habìa pasado por encima de ellas como si nada. No, no tenía nada

-LA verdad....No sé.-dice riendo niñá, haciendo una leve mueca-Las únicas ayudas que podía darte, Lyam logró superarlas.

Sonrie con un dejo de diversion -En ese caso debere buscar alguna idea por mi mismo- dice, encogiendose de hombros. A decir verdad tiene menos fuerza voluntad que la altura de un pony {?}.