just tell me, Jazmine ~

A simple vista era tan normal que hasta parecía aburrida la idea de conocerla. No había que mirarla dos veces. Es solo otra chica más, dicen.
Hasta cierto punto es lo ideal y hasta cierto punto le gusta pero siempre estaba ese "que se yo" en u interior que reclamaba un mínimo de atención que gritaba a los cuatr vientos que de normal tenía poco y que había mucho que descubrir en ella.

Si había algo que solía sacarle su yo interior era el canto pero tenía que ocultarse para hacerlo, por que vamos! después de todo verguenza tienen todos por alguna u otra cosa pero nadie se salva.

Así pasa horas cantando la misma canción lenta y relajante, atrayente que llama a cualquiera a pararse a escucharla y no irse. Su voz era sobrenatural, literalmente

Era absurdo. Todo el colegio casi para él, Kayros y Alex, y ninguno de sus dos amigos se dignaba a aparecer. Bueno, aunque ahora querecordaba, hoy tenían clases, y....Bueno, ya era tarde para entrar al aula.

Se limitó a caminar por ahí, tarareando nada en especial. Quería divertirse, hacer lo que fuere. Su tía le había enseñado a controlar las mentes, aunque muy bien no lo hacía, lograba convencer a los demás de hacer cosas.

Lo que él sabía a medias ella lo sabía de pies a cabeza, desde que tiene memoria. Esta demás decir que la gente desconfía mucho con tales cualidades y ella cree que la situacion mucho no cambia con sus cercanos o los que son casi cercanos por que muchos no hay.
Su voz caída del cielo traspasa murallas muy a su pesar mientras ella tararea afinada mirando el invierno que caía por la academia

Cuando pasó cerca del aula vacía, no pudo evitar oír una voz...Parecía de un ángel. Sus pies automaticamente doblaron y regresaron sobre sus pasos, mientras en su cabeza una pequeña vocecita le decía que no entrara. Tarde

En aquella aula en casi oscuridad en su plenitud, logró ver a una muchacha, rubia, cerca de la ventana. Tarado, se quedó oyéndola.

Parece que tener tanto poder a veces le atrofia sus sentidos. No lo escucha, ni lo huele, ni siquiera siente su presencia cerca de la suya y es que está tan concentrada tejiendo esa melodía que no siente nada, es como si tuviera un burbuja envolviendola.

Había algo más que una simple atracción hacia cada nota que la rubia daba. Era más que solo una buena canción cantada por una buena voz. Era algo sobrenatural. Ella lo sabía por eso no cantaba en público

¿Qué mierda lepasaba? ¿Cómo era posible que se encontrase ya a un lado delarubia, si hace unossegundos estaba en la puerta...Estaba embobado por la voz...No, no era posible.

El morocho trató de irse, pero su cuerpo no reaccionaba; su cuerpo no lo llevaba a un lugar que no fuese donde aquel ángel no estuviera. Solo se acerca, queriendo algo.

Mitad Sirena mitad bruja, en iguales cantidades estaban esos genes repartidos por su adn. Quizás no se notaran en su apariencia por que allí no estabán pero en todo lo demás sí y OJ hacía un tremendo trabajo al ocultar su naturaleza de todos.

Pero siempre había un error, un maldito error de calculo en donde algo que su normal apariencia desencajaba y lograba que morenos como él estuvieran en esas condiciones tan cerca de ella practicamente baboseandole el rostro. Ella paró de cantar y miro lentamente a los ojos a Lyam.

-No te detengas.-susurra acercandosele más, sin notarlo. O quizás sí, ya que luego de inclinarsele un poco, y ella retrocediese dos pasos, estaban ya chocando con la pared.

La mira, sin quitarle los ojos de encima, sin poder moverse un centímetro más.

Eran sus instintos versus el cariño que le tenía a Lyam. Unos luchaban por robarle hasta el último pedazo de alma que tenía el brujo y el otro le rogaba que se alejara lo más posible de él.
La sirna llamaba al marino, el marino vino y la sirena no sabía que hacer pero la bruja si y le dio un pequeño pero efectivo empujón que tenía como propósito sacarlo de cualquier ensoñamiento.

Logró tomarla de la muñeca en el momento en que Oprah lo empujó; él estaba medio despierto, y sabía qué hacía...aunque lamitad encantada laquería a ella.

Estaba nuevamente frente a ella. Le importaba nada no lograr robarle siquiera un beso, aunque luego si él iría por más, de eso estaba seguro, ya que ella lo había engañado con aquel canto.

-S{olo deja tu lado sireno salir..-habló el morocho por primera vez, con su perfecto inglés al final, con un susurro leve pero arrastrando cada palabra para enganchar.

Su lado sireno era más que una voz privilegiosamente sobrenatural y hermosas facciones que la acompañaban solo cuando cantaba, transformandose en una mirada hipnotizante. Él debería saberlo.

Si bien ese lado ya lo conocía por parte de él, había una nota de desesperación en su voz que le asustaba por que no era normal.

No sabes lo que dices, Lyam.- sus ojos se mantienen en los suyos, alertando y atrayendo. Ella quisiera que él viera la alerta que ella pone y se alejarade ella ahora que puede.

No responde nada. Se queda en su lugar. Intentó moverse otra vez, pero parecía que unas cuerdas invisibleslo tenían atado a su lugar. Quizás estaba pegado.

-¿tú crees?.-solo podía joderla un rato, aunque no sabía porque esaspalabras habían salido de él.

En su interior su parte sirena luchaba por lanzarse arriba de él y matarlo pero ella no se dejaba domir por su lado "animal".
Ella lo cacheteo esperando que con eso el cediera, si no funcionaba entraba en vigencia el plan B. Correr.

Ante aquello, sonríe, egocentrico. Logró tomar su mano luego de aquel golpe. Estaba seguro que luego quedaría la marca

-Mira, Ouh, no sé quien te crees para tocar éste perfecto rostro.-murmura, con su gran ego saliendo a la superficie...No, en verdad éste ya estaba allí. S

Suspira de una manera nunca antes vista , cerrando los ojos. Lo abraza con fuerza luego.
Que el dijera tales disparates solo podía significar queya no estaba bajo el encanto de la sirena.

-Soy irresistible, pero tampoco para tanto, rubia.-dice esbozando una sonrisa amplia, nuevamente egocéntrico. Aunque igualmente, le devuelve aquel cálido abrazo.

Es tan idiota como siempre, no puede evitar sentirse relajada escuchando tamañas mentiras.
Lo suelta, besa su mejilla y se aleja un par de pasos, no vaya a ser que la situacion vuelva a complicarse...

-¿Y ahora me dejas así, Ouph?.-pregunta en su lugar. No se alejó cuando la rubia besó su mejilla, como hubiera echo si alguien lo besara.

Se quedó observándola, despeinándose en el acto. Típica manía proveniente de Lyam.

Así como? .- pregunta sentandose en una banca, volviendo su vista al paisaje que els brindaba la academia. Su figura ahora que ya se habia revelado su identidad era claramente la de una ninfa del agua, una sirena. Hermosa e imponente como ella sola.

No responde, solo la ve, un poco embobado...No, no un poco. Del todo. Era preciosa. La rubia cabellera que caía sobre los hombros y espalda de Oprah brillaban debido al sol, y eso fue solo un poco de lo que llamó su atención; su rostro a plena luz era lo que más le llamaba.

Se queda callado ,sacudiendo su cabeza. Tarado.

Lo mira un momento y suspira triste.
Si sólo fuera que quedarán asi por que en verdad la encuentran linda o en verdad les gusta sería genial, pero que se queden como idiotas mirándola solo por llevar esa atraccion en la sangre la pone de mal humor.

Escuche que te gusta Zio ....- intenta romper el momento mágico, tal vés así deje de mirarla como si no hubiera mañana.

La escucha pero se hace el tarado por unos segundos. Solo tiempo, para controlarse.

-No es cierto.-dice a la defensiva. Nadie sabía de aquello. ¿Cómo era que ella sí?.-Es una chica más, Oup.

Sonríe suave y neiga despacio, angelical.- no es cierto, mirate.....- corta y concisa , con eso lo dijo todo y más.

Enarca una ceja, mirandola. No, no entendía. ¿A que se refería? No dice su duda en voz alta, solo la mira.

-¿Por qué lo dices?.-murmura, ahora pensativo. Trata de borrar las imagenes de Zio de su cabeza.

Por que te apuesto todo lo que quieras que estas pensando en ella ahora mismo. Además, no te pondrías tan ...¿Nervioso?.- esconde su cara para sonreir algo asi como maliciosamente. No le salia del todo bien hay que agregar.

Mueve su rubia y larga cabellera provocando en cualquiera la perdida de oxigeno.